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Hoy en día, la miel goza de fama de ser altamente nutritiva para la alimentación del ser humano y de los animales, debido a que es el edulcorante natural de más antigüedad, que, por su exquisito sabor, tiene multitud de beneficios y
propiedades para el organismo.

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Sin embargo, si bien es un alimento bondadoso, sus contenidos y efectos en el consumo pueden variar. Por ende, te compartimos, de nuevo, la constitución química de la miel. Es decir, el valor nutricional de la miel.

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La principal característica de la miel es su alto contenido en glucosa y fructosa, que conforman el 69% del total, y sacarosa y maltosa, que representan el 9%. ¿Por qué? Aunque comúnmente su constitución química se caracteriza en

Agua 17.1 g

Carbohidratos (totales) 82.4 g

Fructosa 38.5g

Glucosa 31.0 g

Maltosa 7.20 g

Sucrosa 1.50 g

Proteínas, vitaminas y minerales 0.50 g

Energía 304 Kcal

Su consumo recomendado es de no más de 100 gramos por día. ¿Por qué? Por qué su índice glucémico, superior al del azúcar, es de 87 gramos.

El contenido de proteínas de la miel es prácticamente nulo (alrededor del 0,26%), siendo parte de ellas enzimas, tanto de origen vegetal como animal. También hay presentes aminoácidos libres, siendo la prolina, procedente de las abejas, el más predominante.

Otras sustancias presentes en pequeñas cantidades son ácidos orgánicos, sales minerales, sustancias aromáticas y pigmentos.

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La cantidad de agua en la miel es un factor clave en el hecho de que no se estropee. El porcentaje tan bajo de agua es mucho menor que el que tienen las bacterias o los hongos.

Además, su actividad acuosa, que es la medida de la cantidad de agua disponible para conservación y propagación de microbios en alimentos, es también muy baja; en una escala de 0 a 1, la mayoría de mohos y bacterias pueden crecer en una actividad acuosa del 0.75, mientras que la miel es del 0.6.

A esto se le añade que la cantidad de agua es baja, por lo que las bacterias no logran hidratarse correctamente, imposibilitando que deterioren la miel.

La miel contiene azúcar, pero al poseer vitaminas y minerales ayudan a digerir el azúcar y permiten al resto de nutrientes almacenados en el cuerpo que sean utilizados de forma que eliminen grasas y colesterol.

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Además la miel contiene fructosa, minerales como el calcio, magnesio, hierro, manganeso y cinc; vitaminas del complejo B, C , D y E; encimas que provienen del estómago de la abeja y compuestos orgánicos.

En cuanto a su valor calórico, aporta alrededor de 320 kcal por cada 100 gramos, el azúcar de mesa comparte 400 kcal con nuestro organismo por cada 100 gramos. Una diferencia que, a la hora de la verdad, resulta ínfima.Vía Giphy.En resumen, la miel es más reducido que el del azúcar, como era de esperar, pero tampoco tanto. Mientras que la composición química promedio de la miel, es de 100 gramos, su constitución varía, por lo que depende de las flores que las proceden.